En pocas palabras: una estrategia de gestión de la cadena de suministro automotriz desarrollada por la Toyota en la década de 1970 para minimizar inventarios. Y ¿por qué resulta en un proceso más eficiente?
Un vehículo tiene más de 20 mil componentes. Imagina, ¡cuántos proveedores forman parte de la cadena de suministro de un fabricante automotriz! Bastantes, ¿no?
Uno de los principales retos que enfrenta el productor radica en poder coordinar con cada proveedor el movimiento de las piezas y garantizar que le lleguen al lugar adecuado en el tiempo requerido para evitar paros en su línea de producción.
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Ahora bien, la colaboración con todos estos proveedores de piezas y componentes no solo es un desafío para el propio fabricante, también lo es para su operador logístico, quien está enfocado principalmente en el abastecimiento a las fábricas y los talleres de servicio.
La logística automotriz es tan compleja que, si ocurre un pequeño retraso, éste repercute directamente en toda la cadena de producción.
¿Cómo lograr que la interacción entre todos los participantes de la cadena de suministro de una empresa automotriz alcance el nivel de precisión requerido? Bueno, pues se requiere de una logística con disponibilidad máxima y, por ello, es fundamental comprender el principio just-in-time.
Just-in-time, una práctica afamada de la industria automotriz
La filosofía del método just-in-time, también conocido por las siglas JIT, se puede resumir así: tener la cantidad exacta de suministros en el lugar justo y en el momento adecuado para poder completar un proceso de producción.
El just in-time no tolera retrasos, ya que pueden ocasionar que la línea de producción se detenga, lo que significaría pérdidas. Para prevenirlos, debe existir una sincronización perfecta -en cuanto a comunicación y acción- entre el productor, el proveedor y el operador logístico.
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El fin último de la implementación de la metodología just-in-time en una empresa del sector automotriz es llevar a cabo un proceso productivo más eficiente, optimizando costos y haciendo que los participantes de la cadena de suministro puedan responder mejor y más rápido.
Para cumplir con esta misión, se deben sortear varios desafíos:
- Un plan logístico más elaborado toma relevancia, puesto que para cumplir con los objetivos tiene que ser corto, rápido y consistente con el tránsito en la ruta elegida.
- Se debe contar con soluciones de respaldo para los procesos de almacenamiento y transporte a fin de que, en caso de imprevistos, se puedan implementar rápidamente planes de contingencia.
- Debe prevalecer una comunicación fluida entre todos los actores de la cadena de suministro, desde el proveedor de componentes hasta el operador logístico.
- El JIT implica que se tengan que hacer movimientos de mercancía de menor volumen, con mayor frecuencia e, incluso, con sentido de urgencia. Por ello, se debe verificar si el proveedor logístico cuenta con la capacidad de mover lotes pequeños, frecuentes y/o críticos.
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Para evitar este tipo de problemas y lograr que la implementación del modelo just-in-time en el proceso productivo de una empresa del sector automotriz sea exitosa, se requiere de un aliado estratégico en logística que entienda a detalles como esta industria funciona, con experiencia en el mercado y profesionales experimentados y dedicados, con la capacidad de ofrecerte un Gerente Estratégico de Cuenta (Key Account Manager – KAM).
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